«Metegol»: Una joya animada del cine argentino

«Metegol»: Una joya animada del cine argentino

En el año 2013, el cine argentino dio un paso audaz y ambicioso con el estreno de Metegol, una película animada dirigida por el aclamado director Juan José Campanella. Conocido hasta ese momento por obras dramáticas de gran peso como El secreto de sus ojos (ganadora del Oscar en 2010), Campanella sorprendió al público y

En el año 2013, el cine argentino dio un paso audaz y ambicioso con el estreno de Metegol, una película animada dirigida por el aclamado director Juan José Campanella. Conocido hasta ese momento por obras dramáticas de gran peso como El secreto de sus ojos (ganadora del Oscar en 2010), Campanella sorprendió al público y a la crítica con esta incursión en el mundo de la animación, dirigida especialmente a un público infantil y familiar, pero con capas de profundidad que apelan también a los adultos.

Metegol (conocida como Futbolín en España y como Underdogs en su versión internacional en inglés) no es simplemente una película sobre fútbol o sobre muñecos de un juego de mesa. Es una historia sobre la amistad, el coraje, la imaginación, la memoria y la lucha por los sueños. Con una factura técnica sin precedentes en la región y una producción de gran envergadura, Metegol se transformó en un hito dentro del cine animado latinoamericano.

Una historia con corazón

La historia de Metegol gira en torno a Amadeo, un chico tímido pero noble que trabaja en un bar de pueblo y cuya pasión por el metegol —el popular juego de mesa de fútbol— es su único escape. En ese pequeño mundo, Amadeo es un campeón. Pero su tranquilidad se ve alterada cuando Grosso, un ex compañero de la infancia convertido en una superestrella del fútbol internacional, regresa al pueblo con intenciones de venganza. Grosso, humillado años atrás en una partida de metegol, decide arrasar con todo, incluso con el bar donde Amadeo trabaja.

Es entonces cuando ocurre algo mágico: los pequeños jugadores del metegol cobran vida. Unidos, Amadeo y los muñecos emprenden una aventura para recuperar el pueblo, redescubrir el valor del trabajo en equipo y enfrentar al malvado Grosso.

Aunque en apariencia es una historia simple, Metegol presenta un enfoque narrativo complejo y original. Combina el realismo emocional con elementos de fantasía, y su guion tiene un ritmo ágil, con toques de humor y momentos de genuina emoción.

El desafío de la animación

Una de las características más destacables de Metegol es su producción técnica. Fue la primera película argentina realizada enteramente en animación 3D de gran escala. La realización llevó más de cuatro años, y se trabajó con tecnologías que normalmente están reservadas para grandes estudios internacionales.

El equipo de animadores fue internacional, incluyendo técnicos de Argentina, España e Inglaterra. El diseño de personajes, la dirección de arte y los efectos especiales estuvieron a la altura de producciones de Hollywood, lo cual fue una apuesta arriesgada pero que terminó consolidando a Metegol como un logro visual para el cine latinoamericano.

Cada personaje está cuidadosamente diseñado para expresar personalidad, carácter y emoción. Los muñecos del metegol, por ejemplo, fueron animados con una expresividad que combina el humor con la ternura, y poseen un diseño que respeta su naturaleza de “muñeco de madera”, pero los dota de alma y carisma.

La película también destaca por su excelente banda sonora, compuesta por Emilio Kauderer y producida junto con el músico argentino Gustavo Santaolalla, ganador de dos premios Oscar. La música acompaña con fuerza y sensibilidad cada momento de la historia, elevando la tensión o potenciando las emociones en cada escena.

Un mensaje más allá del fútbol

Aunque el fútbol es el marco central de la película, Metegol se aleja del estereotipo de “película futbolera”. En realidad, el fútbol funciona como metáfora de la vida: de la competencia, del juego limpio, del trabajo en equipo, del egoísmo y de la redención. Grosso representa el narcisismo, el poder mal utilizado y la ambición desmedida. Amadeo, por el contrario, simboliza la humildad, la resistencia y la lealtad.

Uno de los grandes aciertos del guion (escrito por Campanella junto a Gastón Gorali y Eduardo Sacheri, autor también de El secreto de sus ojos) es que logra transmitir valores sin caer en la obviedad ni en el didactismo. La película aborda temas como el bullying, la vanidad, el abandono de los sueños y la redención de los personajes, sin dejar de ser entretenida y accesible.

En ese sentido, Metegol se inserta en una tradición del cine familiar que busca ir más allá del entretenimiento superficial. Es una película que los niños pueden disfrutar por su aventura y su humor, pero que también ofrece una lectura emocional y crítica para los adultos.

Recepción y legado

Al momento de su estreno, Metegol fue un gran suceso en Argentina, convirtiéndose en una de las películas más taquilleras del año. Fue reconocida en múltiples festivales y obtuvo premios por su calidad técnica y artística. También fue distribuida internacionalmente, aunque con resultados mixtos, especialmente en los mercados angloparlantes donde no logró replicar el éxito local.

A pesar de eso, el impacto de Metegol en el ámbito cultural argentino fue enorme. Por primera vez, una producción nacional animada demostró que se podía competir en calidad con las grandes producciones del cine internacional. Además, inspiró a nuevas generaciones de artistas y técnicos en animación a apostar por proyectos ambiciosos desde Latinoamérica.

La película también dejó una marca en el imaginario colectivo argentino. Sus personajes, frases y escenas pasaron a formar parte de la cultura popular. Amadeo, Grosso y los muñecos del metegol son reconocidos aún hoy por niños y adultos.

Adaptación libre y literatura

Cabe destacar que Metegol está basada libremente en el cuento “Memorias de un wing derecho”, del escritor argentino Roberto Fontanarrosa. Aunque la historia de la película es muy diferente, toma de ese texto la inspiración central: los vínculos emocionales que el fútbol puede generar y cómo un simple juego puede convertirse en un universo lleno de pasiones.

El homenaje a Fontanarrosa es un guiño importante para el público local, que reconoce en el escritor rosarino una de las voces más queridas y representativas del humor, el fútbol y la cultura popular.

Conclusión

Metegol no es solo una película para chicos, ni solo una historia sobre fútbol. Es una obra que combina calidad técnica, creatividad narrativa y un mensaje profundo sobre la amistad, el coraje y la lucha contra la injusticia. Su producción marcó un antes y un después para la animación argentina, y su impacto cultural aún se percibe años después de su estreno.

Con Metegol, Juan José Campanella demostró que era posible hacer cine animado de alto nivel en América Latina, con identidad propia y ambición global. La película sigue siendo un referente del cine infantil y familiar en la región, y una prueba de que el talento, cuando se combina con pasión y esfuerzo, puede romper cualquier barrera.

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